Miércoles 21º del TO

Miércoles 21º del TO

Mt 23, 27-32

Urgencia de la Conversión

Queridos hermanos:

Hoy, la Palabra nos llama con fuerza: es una invitación a la fe y a la conversión. Nos urge a acoger a los profetas, a creer en su enseñanza, y a convertirnos en testigos gozosos de esa misma conversión que transforma el corazón. Porque sólo desde una vida renovada, podrá ser lavada la sangre derramada por nuestros pecados y restaurada nuestra justicia. Ya que terminado el “tiempo de higos”, llegará el momento de rendir cuentas. Nos lo advierte el Evangelio: “Ponte a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tengas que pagar hasta el último céntimo.”

Honrar a los profetas no es adornar sus sepulcros, sino acoger su palabra viva. El pueblo de Israel, queriendo justificarse, se desmarcó de la conducta de sus padres, pero repitió el mismo rechazo a los enviados de Dios. Cristo les confronta: lavan la copa por fuera, mientras dentro permanece la inmundicia. Rechazan al único Profeta que puede purificarlos de la sangre derramada, y harán lo mismo con los que Dios les seguirá enviando.

Rechazar a Jesús es cerrar la puerta de la misericordia a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Es hacer más pesada su carga, impidiéndoles la esperanza del perdón que anunciaban los profetas. Es volver a matarlos, como hicieron sus padres. Y al rechazar a Juan Bautista, impiden la acogida del que él anunciaba: el portador del bautismo en el Espíritu Santo y en fuego.

¿Y nosotros? ¿Pensamos acaso que no se pedirán cuentas también a nuestra generación, bañada en la sangre de Cristo? Rechazar a Cristo es rechazar el “año de gracia del Señor” y trivializar el “día de venganza de nuestro Dios”, cumplido en la sangre de su Hijo. Pero aún hoy, el kairós de la misericordia permanece abierto. Es tiempo de conversión. Es tiempo de acoger a Cristo, de sumergirnos en su bautismo, de escuchar su Palabra, de dar gracias por su perdón, y de vivir en comunión con los hermanos. 

           Que así sea.

                                                   www.jeusbayarri.com

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario