Sábado 27º del TO

Sábado 27º del TO

Lc 11, 27-28

Queridos hermanos:

Ante la aclamación de una mujer, que exalta la dicha de haber dado a luz a un profeta, Jesús responde con una revelación más profunda: un profeta es, ante todo, una gracia para aquellos a quienes es enviado, y especialmente para quienes lo acogen con fe. Dichosa es, ciertamente, mi madre —dice el Señor—, pero más aún por haber acogido el don de Dios y haberlo hecho fructificar en su vida, que por el hecho de haber dado a luz a un profeta.

Dichosos vosotros —incluida mi madre— a quienes Dios ha tenido a bien revelar su misericordia, anunciar la salvación, y que la habéis acogido con corazón abierto. Como dice el Deuteronomio: “La palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica” (Dt 30, 14). Y también: “Dichoso el pueblo que esto tiene; dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor”.

Mientras la carne se gloría en la carne —“¡Dichoso el seno que te llevó!”—, el Espíritu exalta la fe, esa fe capaz de engendrar en nosotros a Cristo, y en la que el don de Dios se convierte en respuesta humana: “¡Dichosa tú que has creído!”. La voluntad humana se adhiere a la voluntad divina, y de Él recibe amor y vida eterna: “Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn 13, 17; 14, 23).

Como dice la Carta de Santiago (1, 25): “El que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será feliz”.

Aquellos en quienes la Palabra prende y da fruto, son la verdadera familia de Jesús, porque reciben su Espíritu. Dice el Señor en el Evangelio: “La carne no sirve para nada; el Espíritu es el que da vida”. Y San Juan añade: “Sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos”.

La vida o la muerte están en relación con la fe o la incredulidad. Sabiduría y felicidad es pasar de las gracias de Dios al Dios de las gracias; alcanzar el fin sin dejarse deslumbrar por la belleza de los medios.

          Que así sea.

                                                             www.cowsoft.net/jesusbayarri  

No hay comentarios:

Publicar un comentario