Domingo 5º de Pascua A

 Domingo 5º de Pascua A

(Hch 6, 1-7; 1P 2, 4-9; Jn 14, 1-12).

 Queridos hermanos:

           Habiendo sido llamados a la comunión con Dios en la casa del Padre, Cristo nos ha sido enviado, para reconstruir esta llamada, rota por la muerte del pecado, porque el amor de Dios es más fuerte que la muerte. La misión de Cristo, será, por tanto, proclamar este amor del Padre, alcanzándonos su Espíritu, por la fe en Cristo, que derrama en nuestro corazón el amor de Dios, haciéndonos sus discípulos.

          Siendo los primeros en acoger a Cristo, sus discípulos son amaestrados en el conocimiento del Padre, presente en Cristo, origen y meta de todo, hacia el que nos encaminamos.

          Ahora que la misión de Cristo llega a su fin y ante su regreso a la casa del Padre, el Señor fortalece la debilidad de sus discípulos con la esperanza firme en su promesa, porque van a ser enviados al mundo, a continuar la misión que el Padre le encomendó de salvación, hasta su regreso glorioso. El Señor les promete su presencia y su gracia, para realizar las mismas obras de Cristo y mayores aún, porque él estará en el Padre.

          A través de los discípulos, el mundo conocerá a Cristo y al Padre que está en él, siendo edificado en el amor y recibiendo la salvación y la vida eterna, donde Dios será todo en todos. 

Este es el sentido de nuestra existencia: alcanzar la comunión con Dios y testificarla ante cuantos el Señor disponga enviarnos. Cristo ha venido a revelarnos a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, a conducirnos a Él, a su casa, y a darnos su propia vida; por eso es, camino, verdad, y vida del Padre. Sólo si creemos en la verdad de su palabra y de su amor, podremos seguirlo y alcanzar la meta de la vida eterna que está en él.

Cristo revela al Padre no sólo con su palabra, sino también con su vida y con su misma persona, porque él es la verdad del Padre, siendo uno con él; quien le ve a él, ve al Padre; el Padre está en él y él en el Padre. Quien cree esto, apoya su vida en Cristo, obedeciendo a su palabra, le sigue, y permanece en él.

Hoy la Palabra nos invita a creer en Cristo resucitado, a quien el Padre ha enviado para hacerse presente a los hombres y que así puedan encontrar la salvación, entrando en comunión con él, en su Reino. El Señor nos invita a confiar en su promesa de vida eterna, aunque dudemos de nuestra precaria condición miserable. Su casa es amplia. Nos ha anunciado vida y ahora va a prepararnos acogida. El Señor quiere pacificar el alma de sus discípulos ante la inminencia de la cruz, y para eso fortalece su fe y su esperanza en la promesa. Lo que aparece como un final trágico, no es sino el principio del cumplimiento de todas las esperanzas y del anhelo más profundo del corazón humano. Los que crean, deberán apoyarse en las palabras de Cristo y en sus señales, que testifican la presencia del Padre. También los que le sigan y permanezcan unidos a Cristo, lo estarán con el Padre, presente y visible en sus obras.

            Por la fe, la vida del cristiano se edifica en Cristo, como piedra angular y de él recibe consistencia y vida, y es constituido así mismo en piedra viva del edificio, quedando incorporado al pueblo de su Reino en la casa del Padre, donde se ofrece un culto agradable a Dios por el amor y por la proclamación de sus maravillas. El cristiano forma parte de Cristo, y es miembro de su cuerpo que es la Iglesia. Cristo es la piedra angular que da consistencia y trabazón al edificio que se eleva hasta Dios, y en él somos introducidos en la casa del Padre, llamados a invitar a los hombres a apoyarse en Cristo.

          Las obras de Cristo son señales que conducen a él, y se reproducen en quienes a él se incorporan, por la fe, recibiendo el Espíritu y siendo unidos a su misión, para completar la edificación del templo espiritual, la asamblea santa, y el pueblo sacerdotal. En la espera de Cristo, el mundo verá al Padre presente en Cristo, y a Cristo en su Iglesia.

 Proclamemos juntos nuestra fe.

                                                           www.jesusbayarri.com

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