Sábado 6º del TO
Mc 9, 1-12
Queridos hermanos:
En esta palabra vemos cumplida la
promesa hecha ayer a los apóstoles, de ver el reino de Dios con poder. Sólo es
posible ver en este tiempo a Cristo transfigurado, antes de su venida gloriosa,
en la escucha de “Moisés y Elías”, como cumplimiento de las Escrituras, desde
el alfa a la omega que lo anunciaban preparando su venida. Son garantes de la
gloria, y de la señoría de Cristo, superando la pura historicidad, y transportándonos
a la fe en el Hijo de Dios vivo al que hay que escuchar.
La vida de Cristo está tan unida a su
misión, que aún en los momentos de mayor gloria se hace presente su Pascua. Por
eso en este pasaje de la transfiguración, dice el paralelo de Lucas, que
hablaban de su partida que iba a cumplir en Jerusalén. Lo primero que hace
Cristo cuando termina la visión es hablarles de su pasión. En efecto, hay otra
forma de contemplar la gloria del reino de Cristo, viéndolo subir a la cruz y
dar la vida por los pecadores, por todos nosotros.
Respecto a las expectativas de que
primero vendría Elías a restaurarlo todo, eran tan terrenales como la misma
concepción que tenían del Mesías liberador; por eso el Señor les hace
interrogarse acerca de cómo se compagina todo eso, con el que el Hijo del
hombre sea rechazado, como anuncia Isaías (53). La restauración de Elías y la
salvación mesiánica, no serán cosas externas de realización terrena, automática
y unilateral por parte de Dios, sino acontecimientos que atañen al corazón de
la persona y por tanto a su libertad, y a su responsabilidad ante la
conversión, que la bondad y la misericordia divinas ofrecen al hombre en
Cristo. El deseo perverso de Jezabel contra Elías, lo llevará a cabo la
perversa Herodías en la persona de Juan.
El día del Señor que esperan no será terrible sólo para los enemigos y para los ídolos: ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nubarrones y densa niebla! Día de Yahvé y muy terrible: ¿quién podrá soportarlo? El día que yo visite a Israel por sus rebeldías. ¿No es tinieblas el Día de Yahvé, y no luz, lóbrego y sin claridad?
Que así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario