Martes después de Epifanía

 Martes después de Epifanía

1Jn 4, 7-10; Mc 6, 34-44 

Queridos hermanos: 

El Evangelio está en el trasfondo pascual de la Eucaristía. El alimento que trae “el profeta” para saciar al hombre, partiendo de la pobreza humana, sobre la que es pronunciada una palabra del Señor que la hace fruto inagotable de vida y de evangelización, primero para Israel y después para las naciones.

          A Cristo, quisieron hacerlo rey por multiplicar el pan, pero él no lo hizo para solucionar el problema del hambre, sino por compasión, y como signo de su misión mesiánica de saciar profundamente el corazón del hombre, amándonos, y derramando su amor en nuestro corazón para que también nosotros nos amemos, como dice la primera lectura. No fueron los 20 panes de Eliseo ni los 5 de Cristo los que saciaron, sino la Palabra del Señor; Cristo mismo, con su Pascua, a la que somos invitados por la fe y el bautismo. Llamada a formar un solo pueblo, un solo cuerpo de Cristo en la Eucaristía.

Cristo es el pan del cielo, que no cae como el maná, sino que se encarna y se hace alimento en Jesús de Nazaret, y a través de la Iglesia sacia al hombre, generación tras generación, en su inagotable sobreabundancia de vida y de gracia. Pan que baja del cielo y da la vida al mundo, para que lo coman y no mueran.

La Eucaristía nos incorpora a la Pascua de Cristo, que como Alianza eterna, nos alcanza y nos une en sí mismo al Padre. “Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta y la esperanza en la vocación a la que hemos sido convocados”, como dice la carta a los efesios (Ef 4, 4). La Eucaristía injerta nuestro tiempo en la eternidad de Dios; nuestra mortalidad en su vida perdurable; nuestra carne en la comunión de su Espíritu.

¿Realmente hemos sido saciados por Cristo? ¿Sobreabunda en nosotros su gracia, para ser capaces de dar de comer a esta generación el pan bajado del cielo que es Cristo? Nosotros somos invitados a unirnos a Cristo y hacernos un espíritu con él: ¡Maran atha! 

          Que así sea.

                                                 www.jesusbayarri.com

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