Miércoles 3º de Adviento

 Miércoles 3º de Adviento 

Is 45, 6-8.18.21-25; Lc 7, 19-23 

Queridos hermanos: 

Cristo define su misión como el anuncio de la Buena Noticia y la proclamación del “año de gracia” del Señor. Viene a encarnar lo más profundo de la esencia divina; las entrañas de su misericordia. Juan, en cambio, debe preparar su acogida llamando a la conversión y a la penitencia con la severidad de la ley, y comprendiendo que su vida y su misión están llegando a su fin, se asegura de que sus discípulos acudan a Cristo, y escuchando de su boca la Buena Nueva del Reino, y contemplando sus obras, reconozcan al Enviado del Señor, se adhieran a él y sean incorporados a la comunidad del Mesías.

 Cristo les invita a discernir si sus obras responden con las expectativas mesiánicas de las Escrituras, que no son sólo una justicia humana, el juicio y la venganza de los opresores que el pueblo espera, sino también el “año de gracia del Señor” y el tiempo de la misericordia.

También nosotros nos formamos proyecciones sobre Dios, en virtud de nuestra concepción de cosas que nos sobrepasan, y    pretendemos que Dios responda a nuestras expectativas ajustándose a nuestros conceptos. En consecuencia, Dios nos sorprende siempre y nos llama a convertirnos a él y a seguir sus caminos que aventajan a los nuestros como el cielo a la tierra, aunque a veces no nos gusten. En ocasiones pensamos que le seguimos, y en realidad, lo que seguimos son nuestras propias ideas y proyecciones, y no estamos dispuestos a abrir nuestra mentalidad al Señor. Jesús dirá: “Dichoso el que no se escandalice de mí.”

Feuerbach tenía parte de razón al hablar de un dios proyección humana, que compartían muchos de sus contemporáneos, y que manifestaba su total desconocimiento del Dios revelado en Jesucristo, aferrable sólo por el testimonio de la fe.

Sólo en la cruz de Cristo brillará la justicia de Dios sobre el pecado, su juicio de misericordia sobre los pecadores, y su victoria sobre el Enemigo, que se nos entrega en el sacramento de nuestra fe, comunicándonos vida eterna. 

Que así sea

                                                 www.jesusbayarri.com

 

 

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