Jesucristo

       Hermanos, cuando fui a vosotros, no lo hice con el prestigio de la palabra o de la sabiduría humana a anunciaros el misterio de Dios, pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado (1Co 2, 1-2).

     Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo (Flp 3, 8).

   Toda belleza, bondad, verdad y toda armonía, se encuentran en Jesucristo. Sobre qué, o sobre quién más, vale la pena meditar, hablar o escribir; a qué, o a quién más dedicar esta fugaz existencia, que le dé plenitud de sentido a tanto ir y venir, a tantas "horas y momentos, (como decía Quevedo), que a jornal de mi pena y mi cuidado han ido cavando, como azadas, en mi vivir, mi monumento". Oír su voz, escucharlo como Palabra y encontrarlo, es vivir por Aquél que se encarnó, vivió, murió y resucitó por cada uno, y en él encontrarnos todos. 

                   www.jesusbayarri.com

1 comentario:

  1. Muchas gracias por las oraciones hermosas que nos brindan para seguir adelante, hemos tenido momentos difíciles pero podemos confiar en Dios que todo mejorará.

    ResponderEliminar