Sábado 17º del TO

Sábado 17º del TO (cf. jueves 25)

Mt 14, 1-12 

Queridos hermanos: 

          Hoy la palabra nos presenta la fama de Jesús haciendo prodigios y asombrando a todos con su predicación sus obras y las de sus discípulos, que parten anunciando el Reino. Hasta al impío Herodes alcanzará su popularidad, pero no por eso se convertirá. El conocimiento de Cristo que tienen los demonios, tampoco les sirve para creer en él. Le gustaba oír a Juan Bautista pero lo mandó decapitar. A Jesús lo tratará de loco, lo despreciará y se burlará de él. Es interesante la actitud del Señor ante este pobre diablo que es Herodes, porque Cristo, que acoge a los pecadores, le llama zorro, y se niega a dirigirle la palabra.

          No había palabra ni señales para quienes acudían a los padres del desierto, famosos por su santidad, cuando no pensaban convertirse al pedirles consejo. Dice la Escritura que el Señor resiste a los soberbios. Como dice el Evangelio, el Señor ni siquiera se confiaba a quienes en ocasiones habían creído, porque conocía lo que había en el corazón de las personas. “De Dios nadie se burla”, llega a decir san Pablo (Ga 6, 7).

          Si los que rechazaron a Juan Bautista no pudieron acoger a Cristo (Lc 7, 30), cuanto menos Herodes que lo mandó matar. Según san Mateo y san Marcos, a Herodes le gustaba creer que Juan había resucitado, librándose así, en cierta medida, de su remordimiento por la muerte de un profeta.

Dios pasa a través de sus enviados, y ¡ay! del que permanece indiferente o los rechaza: “Quien a vosotros rechaza, me rechaza a mí, y quien me rechaza a mí, rechaza a Aquel que me ha enviado; cuanto hicisteis con uno de mis pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis.” Rechazar al mensajero es rechazar el mensaje. Algo que de alguna forma expresó McLuhan, aplicándolo a nuestro tiempo con aquello de: “El medio es el mensaje.” El Padre no envió a un profeta cualquiera a proclamar el Evangelio, sino a su propio Hijo, que se identifica con sus enviados: “Vosotros sois la luz del mundo y la sal de la tierra. 

Que así sea.

                                                           www.jesusbayarri.com


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